Hablar de Ferrari es hablar de Fórmula 1. La escudería (es por ella por la que se conoce a los equipos de la competición por este término) más laureada de la historia afronta un año más con ganas de atrapar a los imbatibles Mercedes. Como argumento, sus 16 títulos mundiales de constructores y sus 15 de pilotos, cinco de ellos del legendario Michael Schumacher. En este 2019 afrontan un cambio que va desde sus jefes hasta de alineación de pilotos, con la entrada de Charles Leclerc por su último campeón, Kimi Räikkönen, para acompañar a Sebastian Vettel.

El tetracampeón del mundo se juega el prestigio otra temporada más frente al dominio de Lewis Hamilton. Tras un 2018 en el que acabó muy tocado en lo anímico y en lo deportivo (en Italia ya hay voces que claman por su cabeza), el otrora gran estrella de Red Bull (con quien ganó sus cuatro campeonatos) tiene claro que en esta cuarta temporada defendiendo el escudo del Cavallino Rampante tendrá que presentar, al menos, batalla hasta el final. Estrena compañero, y Leclerc no será tan dócil como Räikkönen. Será su duodécimo año en el Gran Circo, tras debutar en 2007 con BMW Sauber sustituyendo a Robert Kubica.

La gran esperanza de la Ferrari Drivers Academy y su primer canterano que ascienden desde Felipe Massa. El monegasco llega con el aura de Jules Bianchi sobre él, y en su primer año como piloto a tiempo completo de Sauber, donde llegó tras conquistar la GP3 y la F2 de manera brillante, ya demostró que es un gran talento. Llega a la Scuderia para sustituir a Räikkönen y como gran proyecto de futuro. Su capacidad de presionar o incluso ganar a Vettel medirán las altas expectativas que hay sobre él.